lunes, 2 de abril de 2012

Estudiar en el extranjero le puede cambiar a uno la vida, y a su país


Por Fabiola Rodriguez-Ciampoli,
Vicesecretaria de Estado adjunta para Asuntos del Hemisferio Occidental

Yo soy prueba evidente de que estudiar en el extranjero le puede cambiar a uno la vida. Vine de México a Estados Unidos como estudiante de postgrado Fulbright. Eso me condujo a —además de obtener mi maestría — a enamorarme, casarme, hacerme ciudadana de Estados Unidos, hacer campaña en las elecciones presidenciales de 2008 y finalmente a ser escogida para dirigir la diplomacia pública para el Hemisferio Occidental en el Departamento de Estado de Estados Unidos.

Aunque la mayoría de la gente sabe que estudiar en el extranjero le puede cambiar la vida a una persona, a menudo no se reconoce lo importante que pueden ser los intercambios internacionales, como contribución a las relaciones entre los países. El estudio en el extranjero enriquece nuestra comprensión de otras culturas, proporciona una perspectiva informada de nuestro país de origen y crea asociaciones que fomentan el progreso hacia la mayor prosperidad, igualdad económica y sostenibilidad. En reconocimiento de la importancia de los intercambios internacionales, el presidente Obama estableció la iniciativa 100.000 en las Américas ( http://iipdigital.usembassy.gov/st/spanish/texttrans/2012/02/20120222120528x0.4945141.html#axzz1qWkND79f ) con la meta de traer cada año a 100.000 estudiantes latinoamericanos y caribeños a Estados Unidos y enviar a 100.000 estudiantes estadounidenses a estudiar en América Latina y el Caribe. Apoyar esta audaz iniciativa educativa de intercambio es una de las máximas prioridades del gobierno de Estados Unidos para el Hemisferio Occidental.

En fecha reciente el Departamento de Estado auspició una mesa redonda sobre el tema de la educación con participacion de universidades locales, asociaciones educativas y nueve embajadores de Estados Unidos destinados a países del Hemisferio Occidental. Los embajadores compartieron sus opiniones acerca de la situación de los intercambios educativos en los países donde sirven, y exploraron maneras de trabajar con la comunidad de educación superior de Estados Unidos para alcanzar la meta de los 100.000 en las Américas. Las asociaciones y universidades ofrecieron su colaboración al Departamento de Estado y a nuestras embajadas para encontrar socios de Estados Unidos interesados en realizar intercambios con América Latina y el Caribe. Fue asombroso ver cuántos de los principales embajadores en la región consideran que la promoción de los intercambios educativos es esencial para construir relaciones bilaterales fuertes.

La iniciativa 100.000 en las Américas recibió otro impulso de una conferencia auspiciada recientemente por el Departamento de Comercio, el Departamento de Estado y la Universidad de Georgetown. En la conferencia, unos 500 líderes del gobierno, de empresas y académicos de todo el Hemisferio Occidental se reunieron para hablar de la importancia de mejorar e internacionalizar nuestros sistemas de educación superior para producir trabajadores dotados con el conocimiento y la experiencia para competir en una economía mundial. Los intercambios educativos no son solo algo bonito, son imprescindibles. Como dijo un empresario brasileño en la conferencia: “Hago esto no porque sea un buen tipo. Lo hago porque si no iré a la quiebra”. Así de importante es tener en el siglo XXI una fuerza laboral hábil, con buena formación y con un sentido de las culturas.

En la mesa redonda  mantuve buenas conversaciones con funcionarios del gobierno y representantes de universidades del Hemisferio Occidental acerca de lo que debemos hacer para aumentar los intercambios educativos entre los países de la región. Compartí con nuestros invitados algunos datos sobre la iniciativa 100.000 en las Américas. Me encantó cuando el viceministro Botero de Colombia dijo: “Acogemos con beneplácito la iniciativa 100.000 en las Américas; nos va como anillo al dedo”.

Los intercambios son indudablemente la mejor manera de crear lazos perdurables de comprensión y amistad internacional, así como de prepararse para tener  éxito en la economía y contar con una fuerza laboral mundial, cada vez más interconectadas. A medida que trabajamos con nuestros socios de la región para aumentar las oportunidades de intercambio, los estudiantes interesados en estudiar en el extranjero deben saber que hay muchas oportunidades. Deben consultar con su oficina de estudios en el extranjero o de intercambios internacionales. Si usted está en el extranjero, comuníquese con nuestros asesores en Education USA ( http://www.educationusa.state.gov/ ) que trabajan en cientos de centros de asesoría en todo el mundo.

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